Turco en la neblina

"Si no fuera por el fútbol muchos seríamos vírgenes todavía"

No queremos que ciertos personajes caigan en el olvido, creemos que todo tiempo pasado fue mejor y que hoy las figuras y las estrellas de cualquier índole no le hacen ni sombra a las que alguna vez supimos ver brillar. Admiramos a los grasas cualquiera haya sido la disciplina en la que se hayan destacado, y hoy vamos a sacar nuestro homenaje al queridísimo y menospreciado “Turco García”.

No hace falta ser de Racing ni del globo para pegar un grito “pavarotiano” y desenfrenado para expresar en un cántico popular la recordada frase “Turcoooo, Turcooo”. El turco no tiene camiseta, el turco es de todos, el turco no se mancha.

Claudio García fue uno de esos jugadores a los cuales les faltó algo para ser vendidos al Real, al Manchester o al Milán. No se, tal vez una luz cegadora, un disparo de nieve o quien sabe que, pero lo cierto es que nunca tuvo un pase que lo haya salvado. No siempre se metía en el corazón de la hinchada por sus goles o su fútbol, la mayoría de las veces actuaba para la popular porque conocía sus limitaciones. Fue así cuando en un clásico del año 90, en la mismísima cancha del rojo el recordado jugador se bajó los lienzos de cara (o de culo) a la hinchada del diablo de Avellaneda, postal que quedaría en el firmamento para siempre.

Volvía locos a los rivales, no por su gambeta, sino porque los hablaba todo el partido. Incluso en un memorable cotejo le contó el final de “Titanic” al “Huevo” Toresani y este lo quiso cagar a trompadas, llevándose una merecida roja directa.

Jugó en Huracán, en Vélez, en el Lyon de Francia, Colon, Chacarita y Racing, donde consiguió una "línea" futbolística bien definida junto a Diego Maradora que en ese momento era DT.

Hoy el “Turco” esta arruinado, producto de malos negocios y una vida llena de fiestas. Al queridísimo narigón no lo cuidaron y pelea día a día por dejar definitivamente la mandanga. Hace un tiempito, la despampanante conductora Karina Mazzoco lo fue a ver para “arreglarle el nazo” en Transformaciones. Nadie lo podía creer, pero el ex futbolista decidió no tocar la aspiradora pero si arreglarse el comedor.

Hoy ya no quedan “mostros” como él, de vez en cuando alguno lo quiere imitar, pero no habrá épocas como esa. El Telebeam te enfoca hasta los pelos de la nariz y ya no hay espacios para la picardía fuera de cámaras. La tecnología se encarga de darnos mucho, pero esta matando a genios como el queridísimo Turcoooo, Turcoooo.

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