¿La gran estafa?

Corrían los noventa y la voz se corrió como si fuera un virus. Había desembarcado en Argentina un nuevo estilo musical. Lo apodaron “El baile prohibido” y pronto se transformó en la nueva revolución cultural.
Los Argentinos siempre fuimos amantes de lo grasa y si bien este estilo completamente anglo-africano provenía del Brasil es cierto que el ritmo le pertenecía a ellos y que nada tenia que hacer en una ciudad donde las palmeras no existen y el mar lo vemos 15 días por año cuando copamos la Bristol.
Cruzando la delgada línea nos animamos a comprar los pantalones “Bali” donde automáticamente nos convertíamos en grasas con carné y todo. Los había de florcitas, multicolores, con líneas, de todas formas. Si bien era cierto que eran muy cómodos eran mersas por donde se lo mire. No aguantaban un test de grasitud ni 3 minutos.
Ahora, lo interesante de esta propuesta, fue el segmento para la cual fue planteada. Era claro el mensaje subliminal que tenía tanto el sonido como la imagen y en vaxlosgrasas hoy te tiramos la posta, porque tal vez te hayas quedado pensando el porque de tus ganas de bailar Lambada.
El estilo de origen Brasileño llegó a la Argentina de la mano del fugaz grupo “Kaoma”. El baile era sensual, provocativo, muy caliente. La principal característica de este baile era el movimiento de caderas que uno tenía que hacer en el cuarto compás.
Ahí esta el kit de la cuestión, la verdad de la milanesa. La Lambada estaba orientada a chicos en edad escolar que se encontraran en plena adolescencia. Por eso no tardaron en generar una prenda en “Feliz Domingo” llamaba “Bailando Lambada”. Con eso, copaban todo el segmento estudiantil que se encontraba caliente como negra en baile. Dentro de ese grupo entrábamos nosotros, quienes fuimos a lo de algún profesor de cuarta que aprovechando la volada metió cartel en la puerta y empezó a currar con eso. ¿Cuál era nuestra intención entonces? Arrimarle la bataraza a alguna señorita para saciar nuestros calores sexuales. Claro, era evidente que las minas lindas no iban a ir a un lugar de cuarta a aprender, entonces terminábamos con el maní mas chiquito que pulgarcito cuando veíamos a los “picuru” que rondaban la clase.
Ni los “Bali” ayudaban y eso que no eran de oponer resistencia ante los movimiento del amigo.
En la segunda entrega de este informe, les vamos a decir quienes eran los que copaban el segundo segmento de este genial movimiento 100% grasa musical.
Hasta la próxima. Y vayan pidiendo las remeras de vaxlosgrasas que tenemos que pagar los juicios.
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2 Comments:
At 9:53 p. m.,
Anónimo said…
Que notón!!!
Quiero una remera yaaa...xs por favor.
C.D
At 5:15 a. m.,
Anónimo said…
Menos mal que no me acuerdo de eso!
No te olvides de mi remera boton!!
Tati
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